miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL PATRIARCA DE LAS LETRAS PERUANAS

DON ENRIQUE LÓPEZ ALBUJAR, nació el 23 de noviembre de 1872 en Chiclayo, Lambayeque, cuando aun pertenecía a la Libertad.
Traído a Morropón siendo niño, vivió con su padres en la calle El Comercio, muy cerca de donde vivió Felipe Cossío del Pomar, su casa permanecía aun en pie hasta este año que las fuertes lluvias acabaron con ella, con aquella casita donde el niño Enrique correteó con sus pantalones cortos. Su cariño inmenso por todo lo que es Piura le afloraba con orgullo diciendo que “era más piurano que todos juntos”.
Murió en una casita de Pueblo Libre el 6 de marzo de 1966.
Su amor por Morropón era tan grande que cuado se quiso crear la Provincia de Morropón con su capital Morropón y Chulucanas salió beneficiado, en 1935 Don Enrique eleva una carta a “ECOS Y NOTICIAS”, firmada con el rubro “MORROPÓN DEBER SER LA CAPITAL DE LA NUEVA PROVINCIA QUE SE PROYECTA CREAR EN EL DEPARTAMENTO DE PIURA”. En 1964 vuelve a escribir:

“Mi mayor anhelo es que se haga realidad la promulgación de la nueva Provincia de Morropón pueblo digno, al que considero lleno de todos los atributos necesarios para llegar muy alto en los destinos del Departamento, y al que me unen cariñosos recuerdos de mi ya lejana infancia”.
Lima 25 de setiembre de 1964.

E. LÓPEZ ALBUJAR

SU OBRA: Miniaturas (poemas, 1895), Cuentos andinos (1920), De mi casona (1924), Matalaché (1928), Los caballeros del delito (1936), Nuevos cuentos andinos (1937), entre otras.

Matalaché es una novela histórica que nos remite a 1816 y las costas piuranas. Allí, en la extensa propiedad de don Juan de los Ríos, vive un grupo de esclavos, hombres y mujeres de raza negra, trabajando en labores domésticas o en la fábrica de jabones de su amo. Los protagonistas son María Luz, la joven y bella hija de don Juan, y el esclavo mulato José Manuel Sojo, conocido por el nombre de “Matalaché”. María Luz se enamora de él, de su fortaleza y habilidad artística (es músico y artesano), pero el amor de la pareja acaba trágicamente.El mayor acierto de López Albújar fue hacer que en esta historia de amor confluyan diversidad de temas. En primer lugar, la falta de libertad e injusticias sufridas por los esclavos, descritas con múltiples ejemplos a lo largo de la narración. También la discriminación sexual, graficada en el episodio de la esclava Rita y la falta de acceso de María Luz, a pesar de su inteligencia y riqueza, a una educación superior. La época en que está ambientado el relato lleva a don Juan a vivir una contradicción: es entusiasta defensor de la libertad económica y política respecto a España, pero su fortuna y bienestar están basados en el trabajo de sus esclavos.

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